19 de diciembre de 2017

El Libro De Los Muertos - Textos De Las Pirámides



Los Textos de las Pirámides son un repertorio de conjuros grabados en la cámaras sepulcrales de las pirámides con el propósito de ayudar al faraón en el Más Allá y asegurar su resurrección.

Son una recopilación de textos, sin orden aparente, de un sistema cosmológico, posiblemente muy antiguo.

Debieron emplearse durante la ceremonia funeraria.

La pirámide de Unis, el último faraón de la Dinastía V de Egipto, fue el primer lugar en el que se grabaron Textos de las Pirámides. Posteriormente se convirtió en práctica habitual inscribirlos en el interior de las pirámides del Imperio Antiguo.

Su evolución dará lugar a: Los Textos de los Sarcófagos en el Imperio Medio que son de dos tipos, biográficos (cuentan la vida del difunto) o jurídicos (legado de sus bienes).
El Libro de los Muertos en el Imperio Nuevo que describe lo qué debe hacer el espíritu del difunto para obtener su recompensa en el Más Allá.

Es un libro que se “oculta a sí mismo”, según está escrito en sus últimos párrafos.

¨No dejes que le vea ningún hombre. El hecho de divulgarlo, constituye una tremenda abominación. Ocúltale, para que nadie sepa que existe”

Este libro misterioso se compone de una sucesión de figuras acompañadas casi siempre de su correspondiente texto. Su lenguaje es jeroglífico hierático. Es sin lugar a dudas un documento iniciático, encontrado en el interior del sarcófago de las momias de los altos dignatarios del antiguo Egipto.

El papiro se colocaba bajo la cabeza del difunto, enrollado, y en él se narra, en forma simbólica, el viaje de ultratumba del alma/corazón por el inframundo, según  la concepción de los sacerdotes de Ammón-Ra. La autoría de estos cantos mágicos se le atribuye al Dios Thot, según la tradición egipcia el protector y guía de los muertos.
Era costumbre de los moribundos invocar a este Dios, entre otros, y confiarse a él en el trance de la muerte, ya que era el Conductor de las Almas en el Más Allá.

Thot (en egipcio Djehuty, Jehuti, Tahuti, Tehuti, Zehuti, Techu, o Tetu) es uno de los dioces primordiales, representado como hombre con cabeza de ibis, dios del arbitraje, de la magia, de la escritura sagrada, de la ciencia, la sabiduría y los textos guardados en los templos, además del juzgamiento de los muertos.

El libro nos remite primero a un cortejo fúnebre, extendido en el lecho funerario se transporta al muerto sobre la barca de Isis, junto a él las diosas Isis y Nephtis le protegen.
Vienen después los sacerdotes, portadores de emblemas, algunos llevan las ofrendas, otros las urnas y una copa. Se dirigen a la tumba cerrada que guardará los restos mortales del difunto. El postulante se arrodilla ante Horus, hijo de Ra y dirige una ferviente plegaria para obtener las fuerzas que necesita para someterse con éxito a las pruebas a las que será sometido.

Por el inframundo, el fallecido era guiado por el dios Anubis ante el tribunal del dios Osiris y la presencia de la diosa Maat y el dios Thoth.

Thot se dirige a Osiris. ¡Te saludo, Osiris, Toro de Amenti! ¡Oh rey de la eternidad! Yo soy Dios Grande que acompaña en su ruta la barca celeste, he combatido en tu nombre, ahora llego para dirigir a tu lado el combate, ¡oh Osiris!…. Soy Thot, aquel que hace triunfar a Osiris de sus enemigos. Soy en verdad, Djedi, hijo de Djedi; Mi madre, Nut me concibió y me trajo al mundo en la ciudad de Djedu… Entro y circulo indemne entre las deidades resplandecientes… Ahora soy sacerdote en Djedu, propuesto para las libaciones.

Osiris es el rey de los muertos, dios protector de los difuntos, señor del inframundo, contenedor de las semillas de la vida, dios de la resurrección, de la regeneración y de la fertilidad, presidente del tribunal del juicio de los difuntos. Se lo representa momificado con el rostro verde o negro y con una corona de Atef, con su cayado y látigo (mayal).

Soy igualmente el gran maestro del mágico saber en el instante en que se debe atravesar la tierra de Heracleópolis  ¡Oh, vosotros espíritus divinos, que hacéis penetrar las almas perfectas en la morada sacrosanta de Osiris! ¡traed las ofrendas consagradas para hacer vivir mi alma!…

¡Oh vosotros espíritus divinos que abrís la senda y apartais los obstáculos, franquead a mi alma el sendero hacia la morada de Osiris…. Yo soy profeta… yo dirijo las ceremonias de Mendes, yo soy el gran jefe de la Obra que pone el arca sagrada sobre el soporte…

¡Te saludo, Osiris, señor del Amenti! ¡Deja que penetre en paz en tu reino! ¡Deja que los señores de la tierra santa me reciban con exclamaciones de júbilo! ¡Que pueda experimentar todas las metamorfosis posibles, por todas las sendas de las regiones del más allá obedeciendo el deseo de mi corazón!”…



Siguiente

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por tu Comentario