1 de noviembre de 2017

Signo Leo - Su Psicología



La Psicologia Del Signo Leo

La energía y Psicología del signo Leo tiene como clave fundamental el
descubrimiento del Yo por parte del individuo.
Leo es consciente de su capacidad y poder personal, y esto le impulsa a querer mostrarse y transmitir su fuerza en el exterior.
De aquí se derivan prácticamente todos las características que se le asocian a Leo.
Por ejemplo, en un principio, Leo necesitará ser el centro de atención del
grupo, pues es ahí donde basa su identificación personal.
Realizando una simplificación, podrá haber dos tipos de Leo: el egocéntrico que depende del reconocimiento externo constantemente, o la persona que conoce y aplica su poder y capacidad influyendo inevitablemente (pero sin buscarlo) en el entorno.
Todo Leo estará entre estos dos polos extremos.
Leo se ve diferente, se siente diferente.
La palabra “Yo” recobra una intensidad especial para él, pues la energía de Leo es el resultado de una concentración de la identidad en uno mismo.
De esta forma, el individuo Leo sale de la familia Cáncer con vitalidad y ganas de independizarse.
De hecho, el planeta regente de Leo es el Sol, símbolo de vida, entusiasmo y energía.
A Leo le encanta jugar. Juegos y Creatividad es una expresión de nuestro Leo!
Leo: fuerza creativa, poder y emoción
Psicológicamente Leo busca impresionar y ser creativo. Esto es lo que más le fascina: hacer algo que ha creado él, y que los demás lo valoren y lo reconozcan.
Emocionalmente maneja como nadie el dramatismo, y sabe exagerar reacciones emocionales.
El problema que puede tener la persona con muchos planetas y energía en el signo Leo (Sol, Luna, Ascendente…) es caer en la dependencia de esperar una respuesta o feedback del entorno —y por supuesto que sea buena!— cada vez que realiza un movimiento.
Aquí Leo deja de ser dueño de sí mismo y “queda preso” de la imagen que él crea para ser admirado.
En esta situación, Leo está a merced de los demás, de tal forma que se desarrollan sentimientos de inferioridad en su interior, que muy posiblemente querrá compensar mediante el orgullo o la soberbia (mecanismos de defensas).
Pero un Leo “trabajado”, que haya pasado por las crisis necesarias que tienen que pasar los signos fijos y de fuego, y haya aceptado que no es el centro del mundo, brillará como el Sol e irradiará una energía calurosa a su entorno que le hará ser —sin buscarlo— el rey.

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