16 de noviembre de 2017

Los Planos De Correspondiencia - Filosofia Hermetica - I Parte


«Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba.»
El Kybalion.

El segundo gran principio hermético encierra la verdad de que existe entre los diversos planos de manifestación de la vida y del ser una armonía, concordancia y correspondencia.
Esta verdad lo es porque todo cuanto hay en el Universo emanó de la misma fuente, y las mismas leyes, principios y características se aplican a cada unidad o combinación de unidades de actividad, conforme cada una manifiesta su propio fenómeno en su propio plano.

Para facilitar la meditación y el estudio, la Filosofía hermética considera que el Universo puede dividirse en tres grandes clases de fenómenos, conocidas como los tres Grandes Planos:

I. El Plano Fisico.

II. El Plano Mental.

III. El Plano Espiritual

Estas divisiones son más o menos artificiales y arbitrarias, porque la verdad es que las tres divisiones no son más que grados ascendentes en la gran escala de la vida, siendo el punto más bajo la materia indiferenciada, y el más elevado el del Espíritu.
Y, además, los diferentes planos se esfuman unos en otros, de manera que no puede establecerse
una división firme y nítida entre la parte superior del Plano Físico y la inferior del Mental.
En una palabra, los tres grandes planos pueden ser considerados como tres grandes grupos de grados de vida en manifestación.
Y aunque el propósito de este libro no nos permite entrar en una explicación extensa de los mismos, daremos una descripción general de ellos.

Para principiar podemos considerar la pregunta tan a menudo formulada por el neófito, que desea saber lo que significa realmente la palabra «Plano», término que se usa libremente, y que apenas ha sido explicado, en muchas obras de ocultismo.
La pregunta se formula generalmente así: «¿Un Plano es un lugar que tiene dimensiones, o no es más que una condición o estado?»
Y podemos contestar «No, no es un lugar ni una dimensión ordinaria del espacio; pero, sin embargo, es más que un estado o condición».
Puede ser considerado como un estado o condición; pero, no obstante, el estado o condición es un grado dimensional, es una escala, y está sujeto a medida. Parecerá esto Procesos de Vida quizá una paradoja, pero examinemos el punto. Una «dimensión» es una medida en línea recta, relacionada con una medida base, etc. Las dimensiones ordinarias del espacio son longitud o largo, latitud o ancho, y grosor o altura.
Pero existe otra dimensión de las cosas creadas, o medida en línea recta, conocida por los ocultistas y también por los hombres de ciencia, aunque estos últimos no le hayan dado todavía el nombre de
dimensión.
Esta nueva dimensión, que por el momento es la base de muchas especulaciones bajo el nombre de Cuarta Dimensión, es el tipo usado para determinar los «grados» o planos.
Esta cuarta dimensión puede ser denominada la de la «Vibración».
Es un hecho bien conocido por la ciencia moderna, así como por los hermetistas, quienes han encerrado esa verdad en su tercer principio, que «todo está en movimiento, todo vibra, nada está
en reposo». Desde la más elevada manifestación hasta la más baja, todas las cosas vibran. Y no solamente vibran con diferente intensidad, sino en diferentes dimensiones y de diferente manera.
Los grados de «intensidad» vibratoria constituyen los grados para medir en la escala de vibraciones, o sea los grados de la Cuarta Dimensión. Todos estos grados forman lo que los ocultistas llaman «planos».
Cuanto más elevado es el grado de vibración, tanto más elevado es el plano. De manera, pues, que aunque un plano no es un lugar, ni estado o condición, posee, sin embargo, cualidades comunes a ambos. Algo más tendremos que decir sobre las vibraciones en los próximos capítulos, en los que estudiaremos el principio hermético de Vibración.

Se recordará, no obstante, que los tres grandes planos no son divisiones actuales y reales de los fenómenos del Universo, sino simples medios arbitrarios empleados por los herméticos para ayudar al pensamiento y al estudio de los diversos grados y formas de la actividad y de la vida universales. El átomo de la materia, la unidad de fuerza, la mente del hombre y el ser del arcángel, no son más que grados de una sola y misma escala, y todos son fundamentalmente los mismos, siendo la diferencia sólo cuestión de grado y de intensidad vibratoria: todos son creaciones del Todo, y tienen su existencia dentro de su mente infinita.
Los herméticos subdividen cada uno de esos tres grandes planos en siete planos menores, y cada uno de éstos en siete subplanos, siendo estas divisiones más o menos arbitrarias, esfumándose unas en otras, pero han sido adoptadas por conveniencias del estudio científico.
El Gran Plano Físico, y sus siete planos menores, es la división que comprende todos los fenómenos del universo que se refieren a las cosas, fuerzas y manifestaciones físicas.
Incluye todas las formas de lo que conocemos como materia, y todas las formas de lo que llamamos energía o fuerza.
Pero se debe recordar que la Filosofía Hermética no reconoce la materia como una cosa en sí misma, o como si tuviera una existencia separada de la mente del Todo. La proposición es que la materia no es más que una forma de energía, esto es, energía de una intensidad vibratoria inferior de cierta clase. Y de acuerdo con ello, los herméticos clasifican la materia bajo el título de energía, y le adjudican tres de
los siete planos menores del Gran Plano Físico.
Dichas siete divisiones menores son las siguientes:
I. El plano de materia (A)
II. El plano de materia (B)
III. El plano de materia (C)
IV. El plano de sustancia etérea.
V. El plano de energía (A)
VI. El plano de energía (B)
VII. El plano de energía (C)

El Plano de Materia A comprende las formas materiales sólidas, líquidas y gases, tal como lo reconocen generalmente las obras de texto físicas.
El Plano de Materia B comprende ciertas formas más elevadas y sutiles de la existencia que la ciencia recién comienza a conocer: los fenómenos de la materia radiante, bajo sus fases de radium, etc., que pertenecen a la subdivisión más inferior de este plano menor.
El Plano de la Materia C comprende formas de la materia más sutil y tenue, cuya existencia ni siquiera sospechan los hombres de ciencia actuales. El Plano de la sustancia Etérea comprende lo
que la ciencia denomina «éter», sustancia de tenuidad extrema y de prodigiosa elasticidad, que compenetra todo el Espacio Universal y que obra como medio para la transmisión de ondas de energía tales como la luz, el calor, la electricidad, etc. Esta sustancia etérea es el eslabón de unión entre la llamada materia y la energía, participando de la naturaleza de ambas. La doctrina hermética dice que ese plano tiene siete subdivisiones (como las tienen los demás planos menores), y que, en realidad, hay
siete éteres en vez de uno.
Inmediatamente después viene el Plano de la Energía A, que comprende las formas de energía que la ciencia conoce corrientemente, siendo sus siete subdivisiones respectivamente: Calor, Luz, Magnetismo, Electricidad, Atracción (gravitación, cohesión, afinidad química, etc.) y otras varias formas de fuerza que revelan los experimentos científicos, pero que aún no han sido denominadas o clasificadas.
El Plano de la Energía B comprende siete subdivisiones de las más elevadas modalidades de energía, que aún no ha descubierto la ciencia, pero que han sido llamadas «Las Fuerzas Sutiles de la
Naturaleza», cuya manifestación se provoca mediante ciertos fenómenos mentales, cuyos fenómenos son posibles merced a ellas.

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