Escorpio está regido por Plutón, que le otorga al nativo la capacidad de cambiar, mutar, y desechar lo que le incomoda. Este planeta se asocia al dios griego del inframundo y la muerte, Hades, llamado después por los romanos Plutón, quien era el más temido y más respetado en el mundo de los hombres. Suele desarrollar en escorpio una fuerte tendencia a sentir emociones muy fuertes que tiende a ocultar, lo impulsa a superar obstáculos, a luchar por sus deseos y anhelos, pero también puede convertirlo en un gran crítico, introvertido y a veces cruel.
Por naturaleza, los Escorpio pertenecen al signo instintivo, potente, poderoso, conflictivo y misterioso.
Digamos también que son muy enérgicos y pueden entrar en conflicto consigo mismo y con el mundo, una espiral de amor-odio que puede destruirles moralmente si ellos no deciden destruir antes, metafóricamente hablando. Pueden llegar a tener dificultades para controlar sus instintos y sus impulsos.
El planeta Plutón ejerce su influencia sobre el signo de agua Escorpio propiciando su energía vital, su fuerza y su creatividad. Las personas pueden volverse enigmáticas y fascinantes, cautivadoras y misteriosas. A nivel personal, encuentran su paz interior y se sienten reconciliadas con el mundo. Se rompe cualquier barrera de incomprensión y frustración personal, la consciencia se despejar con el fin de adaptarse a las circunstancias externas. Se alcanza un nuevo estado de comprensión superior.
El elemento simboliza el contraste; Por un lado está la espiritualidad, la intuición, la pasión constructiva y los ideales y, por otro, la violencia, la furia destructiva y el temperamento agresivo. Los estados emocionales negativos de las personas pertenecientes a un signo de fuego se anteponen a sus necesidades vitales y pueden llegar a ser destructivos.
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