Se trata del signo más cercano al concepto del karma,
y sus nativos son aquellos que tienen una relación más
armónica con sus vidas pasadas.
Su karma les hace sentirse aceptados y amados, incluso cuando las circunstancias les juegan en contra.
Son muy espirituales, lo que les lleva a oponer sus creencias a las de otros, y muchas veces a intentar imponerlas.
En ese aspecto es donde deben trabajar su karma: no tanto hacía el interior, como a la tolerancia para su semejantes.
En su vida presente, los arianos deben aprender que todos los puntos de vista cuentan, y los ajenos más que los propios, pues crean un crisol con diversas versiones con las que podemos entender mejor la totalidad de la vida.
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