6 de agosto de 2017

Oraculo El Simbolon - Carta Numero Cincuenta y Ocho - Castigo - Significado -

Carta Asociada con los signos de Virgo -  Escorpio y los Planetas Mercurio y Pluton.

Auto castigo; compulsion por liberarse de la culpa; flagelación, neurosis compulsiva.

El problema es que está atrapado en un círculo de inocencia y limpieza compulsivo.

Tiene una fijación con librarse del mal, y recurre a todo lo que "piensa" que lo ayudará a alejarse de lo que le atormenta.

La persona desarrolla verdaderos esquemas mentales, está obsesionado con la idea de culpa, castigo, pecado.

Las neurosis obsesivo-compulsivas, según Freud, nacen de la existencia de dos tendencias opuestas y contradictorias.

Son las situaciones que califica de ambivalencia afectiva.

La persona oscila entre una tendencia y otra, sin poder definirse y adoptar un solo camino.

Es muy difícil sustraerse.
Se considera culpable, pero no puede adoptar una posición coherente y equilibrada.

Cree que la auto purificación constante, alejará el mal, sin darse cuenta que son rituales tan sutiles que pasan a ser parte de su vida diaria.

Lo cierto es que toda esa confusión le absorbe su fuerza, su vitalidad y lo coloca en una posición de dependencia, de control inconciente.

Sólo ha de lograr ser esclavo de una sujeción y no ve que nada podrá resolver, al contrario, entra más y más en un comportamiento irracional, en una situación sin salida.

Los rituales se fortaalecen por la repetición constante, de esos actos.
Es necesario dar un giro de 180 grados,buscar ayuda , elaborar un plan de vida que lo lleve a lograr un cambio radical y lo eleje de esas prácticas negativas.

Tambien puede tratarse de una persona cuya mente no tiene paz, porque se siente torturada por la idea de una culpa y cree que auto castigarse es la solución.

Un castigo, no es necesariamente físico, sino mental, que lo lleva vivir tratando de privarse de cosas esenciales,como por ej. afectos. ese es un catigo auto- impuesto que no lo conducirá a ningun sitio, pues está en una senda equivocada, que acentuará mucho más su problema.

Aspectos negativos de Virgo y Escorpio y los planetas Mercurio y Pluton, hacen bastante difícil salir de la situacion, que se puede tornar compulsiva, teniendo obsesiones, que no permiten el cambio.

Ansiedades emocionales y mentales que pueden generar tendencias sicopáticas, que carecen totalmente de sentido y no ameritan justificación.

La persona carece de orientación, no tiene metas en la vida, y adopta actitudes ofensivas y hasta violentas en defensa de sus ideas, pudiendo también tener deseos de venganza.

Queriendo efectuar compulsivamente los cambios que considera necesarios sin tener en cuenta los sentimientos ni en qué situación deja a los demás que pueden ser amigos, familiares.

A veces la fuerza instintiva inconciente es tan fuerte, que no puede ser controlada y se manifiesta, en forma desordenada, ocasionando profundas angustias y crisis existenciales.

En cambio si esas fuerzas profundas se mantienen bajo control, logrando disciplinarlas,es posible lograr un cambio positivo, que puede traer un nuevo ciclo más armónico.

Entonces podrá superar la etapa adversa de los ritos, culpas y auto-castigos.

Aquella forma compulsiva, puedes venir del lejano pasado, donde en otra vida se cometieron actos de barbarie, de grandes injusticias, tal vez crímenes que nunca salieron a la luz y que hoy necesita conseguir el perdón, aunque la forma no es la adecuada.

Los caminos son múltiples algunos paralelos y otros divergentes, vamos por la senda, junto a otros compañeros equivocándonos y aprendiendo de los errores y ayudando en todo lo posible, lo que no tiene excusa es la maldad del corazón.

Se llama El Castigo, aunque a mí me gusta llamarla El Autocastigo.

Como podemos ver, nadie castiga a la mujer que se nos muestra en esta carta, sino que es ella misma quien lo hace. ¿Por qué?

La respuesta de alguna manera podría estar indicada en los objetos que encontramos al fondo.

Una ventana enrejada, es decir, una incapacidad de salir de la situación en la que se encuentra; un cuadro con un corazón traspasado por el dolor representado en unas espadas; y una vela de conocimiento a la que debería haber mirado con más atención pero que desgraciadamente no parece alumbrar suficientemente.

Incluso vemos un libro cerrado, que seguramente ha malinterpretado.

Sí, parece que esta mujer se deja atrapar por el dolor y no se adentra en la vía del conocimiento, sino que, por el contrario, se autoflagela para pagar lo que ella considera una culpa o bien como una especie de ritual supersticioso por el que pretende conseguir lo que anhela.

Y la pregunta entonces sería: ¿Combatimos el dolor con más dolor?

¿Tiene esto sentido?

¿No deberíamos más bien centrarnos en el conocimiento verdadero y en el autoconocimiento?
Merece la pena probarlo, al menos.


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