7 de mayo de 2017

Lao Tse - Biografia y Doctrina Del Creador Del Taoismo -


Pensador chino, creador del taoísmo (Norte de China, h. ss. VI - IV a. C.). Conocido sólo por la leyenda, se discute la época en que vivió e incluso hay quien duda de la existencia real de este personaje de nombre desconocido (pues Lao Tse es sólo un título que significa «viejo maestro»). 
Una tradición poco fiable le haría contemporáneo de Confucio (ss. VI - V a. C.), mientras que otras noticias parecen indicar que trabajó como bibliotecario en Loyang, capital de la dinastía Chou durante el periodo de los «reinos guerreros» (ss. V - IV a. C.).

En todo caso, su importancia radica en haber redactado el libro Tao Te King («Sobre el camino y su poder»), del que arranca la filosofía taoísta. En ese breve tratado propuso una moral individual basada en seguir el camino de la naturaleza (el Tao); en consecuencia, recomendó virtudes como la sencillez y la naturalidad, censuró la ambición de poder y de riqueza y proscribió el ejercicio de la violencia. El pensamiento de Lao Tse aconsejó además una línea política liberal y pacifista, aconsejando a las autoridades intervenir lo menos posible en la vida de los pueblos y no agobiarles con impuestos y reglamentaciones.

Después de su muerte, esa filosofía laica se transformó en una religión, llenándose el taoísmo posterior de influencias ajenas a la obra original de Lao Tse: dio lugar primero a una mística contemplativa basada en la inacción y en la identificación por el éxtasis con la energía absoluta e impersonal del mundo (el Tao); y más tarde a una religión de prácticas mágicas gobernada por un sumo sacerdote llamado Maestro del Cielo (desde el siglo I a. C. hasta 1926).

También fue de inspiración taoísta la rebelión popular de los «Turbantes Amarillos», que tuvo lugar en China oriental en el siglo II y llegó a amenazar al poder imperial. A largo plazo, la influencia más duradera del pensamiento de Lao Tse -dado el declive de las creencias taoístas propiamente dichas- ha resultado de su influjo sobre otras corrientes filosóficas o religiosas de Asia, como el confucionismo y el Budismo.

Doctrina

Se atribuye, pues, a Lao Tse el Tao-Te-King, «el libro (clásico) del Tao y su Virtud». 
Tao es ya por sí mismo un ideograma chino difícil de traducir; tiene sentido de camino y está compuesto por los signos: cabeza y marchar (una cabeza que avanza por un camino). Su doctrina, más que una religión, es una especulación filosófica acerca de la causa primera y de su acción en el mundo.

Lao Tse describe al hombre perfecto, santo, sabio; su primera virtud es imitar la conducta del Tao; tiene que ser humilde, modesto, sin ambición; su regla principal es el wu wei: no actuar, no intervenir, dejar a las cosas seguir su curso natural porque la naturaleza, en el Tao, es divina, la madre de todo y de todos. Lao Tsé no se preocupa de política como Confucio, que buscaba la formación de sabios y hombres perfectos destinados a ocupar un puesto de ministro o de consejero cerca del soberano; el ideal humano del Tao es el de no intervenir.

El mejor gobierno es el ejemplo de la personalidad moral del gobernante; es aquel en el que el pueblo no advierte estar gobernado, el que cree hacer su voluntad

La ética de Lao Tsé es individualista, no se preocupa de las virtudes sociales y subjetivas; lo malo es lo artificial, lo cultivado, lo que deforma el Tao; hay que volver a la inocencia y sencillez primitiva, seguir la Virtud, el Te, del Tao, única virtud eficaz.

Lao Tsé se mantuvo en el terreno de lo humano. En Tao y en Te está implícita la pregunta. ¿Cómo conozco la Naturaleza del mundo?. El conocimiento del mundo es cada vez un principio general, el cual se haya también presente en el hombre que reflexiona. Lo que se conoce gracias a la experiencia, en el centro de uno mismo, (a partir de la luz interior, como dicen los místicos) queda endeble con la condición de que se haya percibido una manera realmente pura y verdadera.

Lao Tsé toma en consideración al ” yo” puro del yo inherente del ser humano como tal. Lo importante es que el corazón esté vacío, sólo entonces pueden conocerse las grandes verdades (vacío en el terreno del conocimiento igual que en el terreno práctico). En China el concepto “corazón”, significa también un medio de contacto con el exterior, se considera un complejo sensorial, como los cinco sentidos. Para Lao Tsé es también la sede del deseo, orienta hacia fuera. El hecho de estar vinculado al mundo empírico, por medio de los sentidos y los deseos, constituye un peligro, porque ofrece una apariencia ilusoria e impide el verdadero conocimiento.

Es por eso que se deben “cerrar” las puertas, para que no entren esas impresiones generadoras de confusión. Todo saber positivo, pasa a segundo plano. Lao Tsé considera que cualquier conocimiento no es suficientemente directo. Allí donde se extingue la apariencia, se distingue más nítidamente la esencia verdadera, aquella que se eleva por encima de la cambiante rapidez de la visión sensorial.

Lao Tsé, no aspira al “conocimiento” sino a la “visión” a la “iluminación interior.



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