23 de octubre de 2014

La Noche de las Madres y la Fiesta de Yule


Para los Celtas, el año comenzaba en Samhain

Las fiestas tradicionales Celtas estaban calcadas sobre el calendario agrícola y las estaciones del año. Pero en tiempos aún más remotos, las tradiciones Célticas se confundían con las tradiciones paganas de los países nórdicos, donde el año comenzaba el 25 de diciembre con una fiesta que se llamaba la Noche de las Madres. 
Sin duda, esta fiesta estaba relacionada con diversos aspectos de la gran diosa Madre, en épocas anteriores al patriarcado que se evidencia en el Mito de Odín.

La noche de las Madres coincidía con una vieja celebración llamada Yule del viejo inglés jul o jol que significa “rueda”, aparentemente por una relación con la esfera solar.

Esta fiesta ha sido celebrada desde la antigüedad marcando el solsticio de invierno con numerosas manifestaciones concernientes a la abundancia.

En las primeras civilizaciones humanas la importancia de Yule era obvia.

Como las noches se ponían más oscuras y largas, y los días más fríos y cortos, era importante que el Sol se sintiera atraído nuevamente por la Tierra.
La festividad era importante porque los mantenía en sintonía con el ciclo de las estaciones, y lo festejaban como el inicio de un Año nuevo  reuniéndose con sus amigos y familiares para adorar a los Dioses y las Diosas con alegría y agradecimiento.
(De la misma manera, la tradición quechua en América del Sur festeja el Inti Raymi con 6 meses de diferencia)

La rueda gira, se marca la pausa del período que muere para dar lugar a un nuevo ciclo, y el dios solar Balder renace de la Diosa Frigg.

El dios representaba el Sol que vuelve después de la época más oscura del año y renace en la noche más larga para traer otra vez la fertilidad y el calor a la tierra.
La festividad de luces de colores en las casas y de los árboles de Navidad es una versión moderna de la costumbre pagana de encender velas y fuegos como actos mágicos para atraer y reavivar de nuevo al Sol menguante.
Hoy en día aun sigue siendo una costumbre en Irlanda y Noruega para tener luces encendidas por toda la casa en la noche de Navidad, no sólo para atraer de nuevo el sol, sino también para honrar a la Diosa virgen que le da nacimiento.

Yule es el más celebrado de todos los Sabbats porque sus costumbres y tradiciones han profundamente invadido las culturas populares, las corrientes religiosas y la cultura casi todos los pueblos del mundo que, de alguna manera, han festejado el regreso del Sol desde su punto más débil.

El antropólogo inglés Wallis Budge afirmaba que Navidad fue celebrada por primera vez como una fiesta religiosa hace 12.000 años.



Yule y la Navidad Cristiana

Anterior al Cristianismo y extranjera a las religiones monoteístas la festividad de Yule es la fiesta mayor de la tradición nórdica.

Cuando el solsticio de invierno terminaba y el sol del nuevo día asomaba marcaba el comienzo de un año nuevo y era el tiempo pensar en las nuevas posibilidades para conseguir las cosas que en el año viejo no se habían alcanzado.
De este Sabbat de primera importancia nacen nuestras modernas costumbres de navidad, año nuevo y la epifanía de los reyes.

Con el advenimiento del cristianismo esta festividad, imposible de erradicar porque estar profundamente anclada en las costumbres populares, fue transformada y adecuada a la nueva creencia.
La mayoría de los símbolos asociados a la fiesta moderna de Noel derivan de las celebraciones paganas de Yule: el árbol de Noel, las coronas de muérdago o de acebo, las luces…

Pero la celebración de Yule en el solsticio de invierno es anterior a la Navidad Cristiana que se adaptó a las creencias paganas dominantes.

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