19 de junio de 2011

PIEDRA ANGULAR DE LA RELIGION YORUBA -

La piedra angular de la religión Yoruba es el concepto de Iwa Pele o "buen carácter". En cierto sentido, todo lo demás es secundario. Por ejemplo, ¿qué sentido tienen la adivinación o la capacidad de provocar cambios prácticos y evidentes con la energía Orisa si dichos cambios no se producen en un contexto general en el que predomine el buen carácter?. Olodumare va en busca de los corazones buenos por eso es también  llamado el “Buscador de Corazones”

La piedra angular de la religión Yoruba es la veneración y respeto a los antepasados. Esto lo recordamos con la expresión "el muerto pare al santo" y lo recordamos cada vez que un nuevo iniciado renace a una vida dedicada a la devoción del panteón yoruba. Ahora bien, en el África Occidental el ave llamada sankofa tiene un interesante significado que podemos aplicar a nuestra veneración de los ancestros. Esta ave está asociada con las expresiones "No es una vergüenza el regresar por lo que olvidaste" y "el que no sabe de donde proviene no sabe a donde va". Es decir, sankofa nos recuerda que debemos recordar nuestro pasado, entenderlo, venerarlo y compartir ese conocimiento con las generaciones futuras


Es fundamental reconocer que nuestros pies descansan sobre los hombros de nuestros progenitores espirituales y biológicos; por lo tanto, debemos vivir agradecidos de sus sacrificios y devoción, sin ellos la Regla de Ocha no existiría. Por lo tanto dedicamos un pequeño espacio para honrar la memoria de los sacerdotes y sacerdotisas que son la raíz de la religión.


Comencemos primero viendo la estructura que amparó el desarrollo de la religión yoruba, luego resumiendo algunas de las ramas principales originadas en Cuba y algunos de los iniciados que definieron lo que hoy día conocemos como la Regla de Ocha.


La fundación de los cabildos en Cuba es un profundo y fascinante proceso histórico de gran impacto y significado para nuestra religión yoruba. No entraremos en detalles sobre su formación y evolución pero basta para el propósito de este foro el señalar que los cabildos eventualmente fueron de gran importancia en la formación de la estructura moderna principal en la cual los creyentes de la religión yoruba se conglomeran: Los ilés o casas de santo.


Los ilés ya fundados son los que traen durante los siglos XVIIII y XX, sus costumbres, procedimientos y reglas por medio de sacerdotes que se originaron con fuertes cimientos. Entre los cabildos fundamentales podemos incluir los de Regla, de la Virgen de Regla/Yemayá, fundados por Josefa Herrera Eshubí Pepa y Susana Cantero Omí Toké; el Cabildo de Santa Barbara/Changó Tedún; Los gemelos del Palenque, Perfecto y Gumersindo Cabrera; y el Cabildo de Papa Silvestre


En Matanzas fueron muy memorables los cabildos de Fermina Gómez Torriente; el Cabildo Iyesa de la familia García; y el Cabildo Santa Teresa de Cárdenas y la familia Villamil. En la provincia de Matanzas, los cabildos Arará (de los cuales sus miembros son descendientes de los esclavos Fon, Mahi, Adja, Evhe y otros grupos procedentes del Reinado Dahomey y lo que hoy día es Togo) estos en algunos casos forman conexiones con los caminos Lukumís de Matanzas.


En Guanabacoa el estatus de cabildos pertenece a Pilar Fresneda. Luego en el interior de Cuba tres sociedades Lukumís y una sociedad de Congo continúa la función en el presente en la ciudad de Palmira, Cienfuegos. Se enfoca mucho énfasis basado en los cabildos como instituciones principales para el nacimiento de las religiones afrocubanas. Basado en lo anterior es como surgen las casas de Ifá y Osha, lo cual da nacimiento a las correspondientes ramas


Cuando hablamos de un ilé, o casa de santo, vamos más allá de referirnos a la estructura física. El ilé incluye la familia de piedra o ritual de sacerdotes iniciados por un babaloricha o iyaloricha o iniciados en Ifá.


Cuando hablamos de un ilé, o casa de santo, vamos más allá de referirnos a la estructura física. El ilé incluye la familia de piedra o ritual de sacerdotes iniciados por un babaloricha o iyaloricha o iniciados en Ifá.
Al hablar de rama queremos decir el linaje genealógico. Según nuestra tradición la rama se establece de dos maneras por reproducción sagrada (de donde nace el santo) o por asociación es decir, con quién se está emparentado.




Fuentes Citadas
Templo Yoruba

ESHU -

Eshu es el dios Marrullero del pueblo yoruba e Afica occidental. Es mensajero y medidador entre dioses y hombres, y es personaje clave de la adivinación: "la piedra angular de la cultura yoruba", un ritual que armoniza y equilibra las fuerzas en conflicto que existen en el mundo.

Eshu es un Orisha, del grupo de los Orisha Oddé, comúnmente denominados Los Guerreros. Rige las manifestaciones de lo malévolo. Para que se manifieste lo benévolo hay que tener en cuenta el mal y tomar precauciones para evadirlo. Es el que siempre esta haciendo trampas y engaña a los Orishas y hombres en las diferentes leyendas o patakines. Su significado es las desgracias que acaecen en nuestras vidas cuando no estamos en sintonía o balance con lo que nos rodea. Eshu es de exclusiva potestad de los Babalawos, quienes lo cargan y entregan, no va a la cabeza de nadie por lo que no se asienta. Según Ifá tiene 201 caminos. Los Babalawos lo consagran con diversos elementos de la naturaleza. No habla por el Diloggún y no va a estera. Trabaja directamente con Orunla; es el que lleva el ebbó y da cuenta de las ofrendas que se hacen. La mayoría de los Oshas y Orishas se hacen acompañar por un Eshu específico. Además, todos los Odun de Ifá tienen su Eshu particular. Eshu como objeto de adoración es fabricado por los Awó ni Orunmila.
La pareja Elegua - Eshu representa el constante vínculo entre lo positivo y lo negativo, por que todo cambio exige una crisis y no hay quietud sin sosiego. Cuando en un hogar está protegido se denota la presencia de Elegua y cuando allí se hallan problemas es que ha entrado Eshu. Los occidentales confundieron a Eshu con el diablo, pero de ninguna forma es así, si acaso podría ser con el diablo que tentó a Jesús, pero en nada más se asemeja, ya que su objetivo es lograr el caos para que se tomen medidas para lograr el balance.

La Familia de Eshu

Eshu es la primera partícula de vida creada por Olorun. Se indica que sus 201 caminos son hijos de Orunmila


Patakies de Eshu


Orunla  su esposa deseaban tanto tener un hijo que fueron a ver a Obbatalá para pedirle que se los concediera. Obbatalá que estaba empeñado en moldear al primer hombre con arcilla, les explicó que debían tener paciencia. Pero el matrimonio insistió. Orunla incluso le propuso llevarse la figura que aquel estaba haciendo.

Obbatalá accedió y les explicó que debían poner las manos sobre la figura durante doce meses. La pareja así lo hizo y al cumplirse el plazo indicado, el hijo cobró vida. Le llamaron Eshu. Nació hablando y con una voracidad que comenzó a comerse todo lo que encontraba a su paso.

Una mañana en la que como de costumbre Orunla consultó su oráculo, este le indicó que debía estar todo el día con el machete en la mano. Eshu que ya se había comido todos los animales, las plantas y hasta las piedras, penetró en la casa de sus padres con la intención de comérselos.

Al ver a su padre armado intentó huir pero no pudo, el anciano lo perseguía por toda la casa cortándolo con su machete, de cada pedazo nacía un nuevo Eshu. Doscientos un Eshu corrían por la casa, hasta que este cansado le propuso un trato a su enfadado padre: “Cada una de mis partes será un hijo para ti y podrás consultar con él cuando desees.”

–De acuerdo –asintió el sabio. Pero debes devolver todo lo que has comido.

Eshu vomitó todo lo que tenía en su estómago y las cosas volvieron a ocupar su lugar.





Funtes Citadas
Cuba Yoruba

EL ORACULO DE IFA -

 El Oraculo de Ifa es el oraculo más complejo de todos los métodos de adivinación y también el más complejo ya que posee 256 respuestas diferentes y más de 4000 historias. Los únicos poseedores de este secreto son Los Babalawos ( Sacerdotes de IFA ). Hay dos maneras de utilizar El Oraculo, una es mediante los agdeles o ikines de Orummilla que generalmente El Babalawo las utiliza en las Ceremonias de mayor embergadura, para él o para los suyos, el método más popular es el de utilizar El Opele llamado así en África y en Brasil o Equele en Cuba, el cual consiste en una cadena con forma de diapasón que tiene ensartados ocho mitades de semillas del Árbol Opele (Schrebera Golungensis) Cuatro de las mitades están amarradas a cada lado de la cadena, en cada cabo El Babalawo ata un numero de objetos tales como pequeñas cuentas, monedas y cowries. El Babalawo sostiene la cadena por parte del medio que no tiene nada. Cada una de estas semillas atadas a la cuerda tienen una superficie cóncava y otra convexa. Cuando el adivinador tira la cadena al suelo, algunas de las mitades mostraran su lado cóncavo y otras el lado convexo. Cada combinación de cuatro superficies de los lados señalados, de un signo Odu. En Nigeria estas cadenas se hacen con cuero, madera, hilo de algodón o con lata, estas ultimas son más valiosas. Se considera que es el instrumento más popular de la adivinación de Ifa. Se utiliza mucho mas que cualquier otro. Según dicen, debido a que con el Opele se obtiene un Odu de manera más fácil y rápida. Ifa: sus oráculos Los babalawos utilizan, para dar a conocer el mandato de los orishas, el tablero llamado Até Ifá, que representa la cabeza y también el mundo. Es redondo, de madera dura y señaliza los cuatro puntos cardinales: Norte-Sol-Olorun: Sur-Cruz-Vida y Muerte; Este- Luna (enfermedades) y Oeste-Cuarto Menguante (tragedia). El polvo o yefá se riega sobre el tablero y encima se escriben los oddun que los sagrados ikines marcan. Entre los atributos usados por los babalawos esta el irofá, el iruke, y el ekuele. El irofá se usa en algunas de las ceremonias para golpear y rezar en el Tablero. El iruke, para limpiar el camino de las malas influencias. Antiguamente el yefá y el iruke se hacían del colmillo y del rabo del elefante que era un animal mitológico de las fábulas de Ifá y amigo y acompañante de Orunla. El   ékuele es el instrumento de trabajo del babalawo. Al levantarse y moyugbar a Orunla, orishas, orissas y awós difuntos, lo tira y este le marca su comportamiento diario, lo que debe y no debe hacer, y a partir de esa orientación recibida y desde el momento de su iniciación en Ifá seguirá sus sabios consejos. Los babalawos deben tener hasta diez y seis ékueles a similitud de los diez y seis oddun por los cuales Orunla habla. Al realizar la tirada sabrá, de acuerdo al oddun que salga, cual de ellos deberá usar ese día. Independientemente de que los babalawos deban tener los diez y seis ékueles, por ser muy costosa su adquisición, la liturgia de Ifá plantea esto. La consulta en Ifá se realiza de la siguiente manera. El babalawo tira el ékuele arriba de una estera donde esta sentado con la espalda recostada a la pared, pues esta es la forma de comunicación mas directa con Orunla y sus vaticinios. En las ceremonias de ”bajar” a Orunla” porque se esta haciendo Ifa (o sea, nace un nuevo babalawo); por cuestiones de gravedad en algún caso consultado; para saber el orisha tutelar del aleyo o bien por la ceremonia de Fin de Año en que sale el oddun que regirá el venidero, se rinden honores y sacrificios a Olofin, Orunla, y a todos los orishas y orissas. Para esto se utiliza el Até de Ifá y los ikines que se cogen en una mano y se dejan caer en la otra, marcando en el Tablero, que está cubierto por el yefá, los signos de derecha a izquierda. En este ultimo caso, el babalawo más joven, quien representa el país y el mundo, es ”registrado” o consultado por el babalawo más viejo. En esta ceremonia que realizan las casas más prestigiosas participa el mayor numero de babalawos e invitados de otras casas. Todos interpretan de acuerdo a su experiencia y antigüedad en este complejo sistema religioso la palabra de Orunla a seguir en el año que comienza, por ejemplo, los ebbó que hay que hacer, la bandera que hay que poner, prohibiciones que hay que observar, en fin, la conducta social y moral a seguir. De cada letra primaria u oddun meyi, se obtienen 200 x 240 combinaciones secundarias y 4.096 terciarias. Como se observa, es un sistema muy complejo y el iniciado necesita una gran memoria e inteligencia para poder interpretarlas. En África esta enseñanza dura 7 años




Fuentes Citadas
Cuba Sagrada

QUE ES IFA -

Ifa es un sistema adivinatorio y al mismo tiempo un conjunto de creencias que conforman la filosofía de todo su sistema teológico.


Ifa es el camino de la luz y su Oráculo, el mas importante de los que componen la Religión Yoruba. Muchas veces se le denomina Ifá a este mismo Oráculo.


Originado entre los yorubas, un grupo étnico de Africa Occidental, este sistema se cree que tenga mas de 5,000 años. Este es la fuente de todos los secretos concernientes a la vida y a la evolución espiritual.


El Babalawo (padre de los secretos), su sacerdote supremo, es el único dotado para consultar el Oráculo, y obtener las respuestas del Orisha de la adivinación, Orunla u Orunmila (testigo de la creación) así como para guiar a las personas en la correcta interpretación de sus respuestas.


El sistema de adivinación permite a los sacerdotes de Ifá a invocar a Orunmila, el Orisha de la sabiduría y la ética y a Eshu, mensajero de los Dioses que da su ashe para que se pueda conocer el futuro y provea de dirección a aquellos que buscan un camino o guía en sus vidas. Los ritos de adivinación de Ifá proveen de un camino de comunicación entre el mundo espiritual y ancestral.


El sistema de adivinación de Ifa fue añadido en el 2005 por la UNESCO en la lista de "Piezas maestras de la herencia oral e intangible de la humanidad".


Fuentes Consultadas
Secretos de Cuba

PATAKIES -

Historias de Ifa


La tradición oral es una de las virtudes que ha atesorado la humanidad, gracias a ella es que esta religión ha pasado de generación en generación. La Regla de Osha-Ifá, heredera de la Religión Yoruba ancestral, mantuvo vivas estas raíces y todo el Panteón Yoruba, gracias a esta tradición oral. "Los patakies no son mas que historias que nos dejan una moraleja o enseñanza, describen nuestra religión, la apoyan y la explican. Basandonos en ellos podemos llegar al conocimiento profundo de la Religión Yoruba y a su aprendizaje."


Si se partiera del supuesto de que el universo mítico de la Regla de Ocha constituye un caos de unidades (patakíes) atomizadas, con vida independiente y explicables a través de la consideración exclusiva de su trama discursiva, el propósito de revelar su sentido colectivo, social, se estrellaría inevitablemente contra las dificultades insalvables que entraña la recomposición de esta trama en su integridad y la definición de su forma “verdadera”, legítima. Invitados a narrar un mismo patakí -aquel, digamos, en que Yemayá es enamorada por Changó-, diez informantes hilvanarán diez historias diferentes. En términos de ortodoxia religiosa, auténtico sería el que correspondiera a la forma originaria, al tiempo mítico de los orígenes; en términos científicos, sin embargo, legítimas son todas aquellas versiones que la historia ha configurado como unidades capaces de insertarse en una estructura discursiva y de pensamiento única en su diversidad, y de funcionar con eficacia en un complejo simbólico y social dado.

La ciencia, es cierto, podría aspirar a la reconstrucción de versiones históricamente precedentes a las que se recogen en la actualidad, de aquellas, por ejemplo, que eran narradas a mediados del siglo pasado en Cuba, en los llamados “cabildos de nación”, e incluso, intentar avanzar hacia las profundidades de la historia yoruba. No obstante, cada punto al que se llegara en esta búsqueda, habría de considerarse justamente un desprendimiento de formas anteriores, el resultado de una metamorfosis, ni más ni menos legítima -vale decir, ni más ni menos enraizada en su correspondiente complejo histórico cultural- ­­que las que tienen lugar ante nuestros ojos. Lo cual nos regresaría al punto de partida y no pondría nada en claro acerca de la versión que habría de reputarse como “auténtica”.


No sólo es éste -ni sobre todo éste- el infortunio de la consideración atomística de la mitología, es decir, de la proyección metodológica que conduce al examen de cada relato mítico como un valor absoluto y cerrado en sí mismo: incluso si fuera posible llegar a un consenso en torno a la determinación de las versiones legítimas de los patakíes, difícilmente el examen de cada uno de ellos como un valor per se podría conducirnos más allá de la enunciación chata y sobredimensionada de su repercusión sobre las normas de conducta de la comunidad religiosa.

Es significativo, al respecto, que el propósito de descifrar el sentido de los patakíes a partir de estos supuestos metodológicos sólo haya conducido hasta el presente a la formulación de generalidades superficiales en la forma de sentencias, dicharachos populares, máximas morales e imperativos para la acción análogos a las moralejas de los cuentos infantiles. Probablemente, el fruto más acabado y representativo de esta manera de ver las cosas sea la obra de Teodoro Díaz Fabelo Cincuenta y un patakíes, en la que el autor invariablemente corona la exposición de cada relato con enseñanzas o moralejas (owe, en lengua yoruba) del tipo: “En la confianza está el peligro”, “La envidia es poderosa”, “Para destruir a una persona lo primero es desprestigiarla”, “La verdad alcanza a la mentira”, etcétera.

Desde nuestro punto de vista, por el contrario, únicamente es posible develar el sentido social de los patakíes, en primer lugar, cuando éstos son agrupados y considerados en su relación mutua, de forma tal que en ellos sea factible encontrar los términos interconexos de una estructura de contenido simbólico única. Se abre así la posibilidad de centrar la atención en conjuntos diferenciados de relatos estructuralmente vinculados entre sí, en cuyo seno la diversidad de elementos y secuencias de la trama se conciban como expresiones externas y, hasta cierto punto, contingentes, de una unidad de sentido y mensaje común.

En segundo lugar, sólo es posible desentrañar el sentido de los patakíes cuando éstos se piensan como enraizados profundamente en el sistema específico de contradicciones de la comunidad en la que funcionan como expresiones discursivo-figurativas, sólo cuando se consideran soluciones simbólicas de las contradicciones fundamentales en las que se ha enredado la vida comunitaria y de las que dependen su supervivencia en una forma histórica dada, su orden interno, su estructura específica de relaciones económicas, políticas, sociales y espirituales.


No cabe duda de que, a través de la metamorfosis, la mitología yoruba ha sido capaz de expresar a su forma el complejo sociocultural cubano en su totalidad y en su evolución histórica; y de que, por consiguiente, en su estructura se condensa una multiplicidad de significados que no podrían ser circunscritos, sin empobrecerla, a uno, dos o tres parámetros, por importantes que éstos puedan parecer. Esta consideración general conserva todo su valor cuando se examina la diversidad de determinaciones culturales e históricas que se revelan en los patakíes protagonizados por Yemayá, o que la involucran de uno u otro modo.



Extraido de
Iemanya a traves de sus mitos
Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1996.
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